Ya estaba claro que era una vaca distinguida. Así que decidí escaparme de Balanzategui, mi lugar de nacimiento, y escaparme e irme a vivir solitariamente y a conocer todos los lugares del mundo. Así que decidí ir a un viejo molino solitario.
- ¡Ya sé! - exclamé- , me quedaré a vivir en el molino. Se llamará Casalino.
Era un lugar lleno de ratas rabiosas y arañas venenosas y dije:
- Estos serán mis amigos y me quedaré a vivir aquí para siempre.
FRANCISCO J. DE LA ROSA MATA (6º C)
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