Ya estaba claro que era una vaca distinguida. Así que me levanté de la cama y fui al bosque a buscar algo de comida. Allí me encontré a una oveja llamada Remedios y a un cerdito llamado Pepón y les pregunté que si se creían que era una vaca vulgar. Ellos me dijeron entre carcajadas:
- Mira vaca, lo vulgar y lo no vulgar no se ve a simple vista, sólo se ve al tratar a una persona ¿vale? Nosotros no queremos que te ofendas, porque para nosotros eres una amiga más y no nos pareces vulgar sino que muy especial.
- Muchas gracias amigos, me habéis levantado el ánimo y... el apetito. ¿Queréis que busquemos algo de comer y luego jugamos?
- Vale.
- Iremos detrás de esos árboles, he visto un campo lleno de hierba y un barranco para ti Pepón, que se que te gusta.
Allí en aquel campo jugamos, charlamos, comimos y nos disfrazamos de aquellos animales que nos hubieran gustado ser: a Remedios una coneja, a mi un precioso caballo y a Pepón un cisne.
Ya llegó la noche y cada uno nos fuimos a nuestra casa a dormir, pero antes, a Pepón se le ocurrió una idea: hacer una fiesta de pijamas.
A los tres nos pareció una buena idea, así que fuimos a coger nuestros pijamas y nos fuimos todos a la casa de Remedios, la oveja.
VICTORIA PULIDO ESCRIBANO (6º C)
No hay comentarios:
Publicar un comentario