miércoles, 9 de junio de 2010

LA VACA DISTINGUIDA

Ya estaba claro que era una vaca distinguida. Así que abandoné esa bazofia de granja y me fui a recorrer mundo. Bueno, unos veinte kilómetros a la redonda.

No sabía exactamente qué rumbo tomar, pero no fui andando, ni mucho menos. ¡A las vacas distinguidas se les lleva a donde quieran! Entonces cogí el primer coche y me monté en el remolque y dije:

-Así está mejor, lo de andar es vulgar.

Y fui sin rumbo hasta que me dio la gana, bueno hasta que vi luces y cosas brillantes: la ciudad.

Era mucho mejor la ciudad, pero estaba cansada y no permitiría quedarme a dormir en la calle, así que fui al hotel cercano de más estrellas y entré por la puerta principal.

Como todo el mundo estaba a su bola me fui a la primera habitación que pillé.

¡Por toda la leche del mundo! ¡Qué lujo!

Las camas eran de agua y había una bandeja de frutas en la cocina. Yo creo que la habitación ya estaba ocupada, pues había maletas y ropa, pero aproveché para ponerme un bonito vestido y maquillarme; de forma que...nadie sabría si soy una vaca.

Salí a la calle y vi un perro vagabundo, pasé de largo y lo ignoré, soy muy distinguida y nada de vulgar. Pero vi un club que decía llamarse “La Crème Repiè”. Me pareció refinado así que entré.

Nada más entrar me encontré con otro grupo de vacas parecidas a mí: muy arregladas, refinadas y prepotentes. Me acerqué a ellas y les charlé. Al oír mi historia me aceptaron rápidamente, y pasé el mejor día de mi vida con ellas.
¡No soy VULGAR!

JESÚS CASTELLANO CURADO (6º C)

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